El incremento del auge mundial de los cuatro mil millones
de pobres, es hoy un enorme mercado potencial y un exquisito “plato apetecible”, donde las angurrientas
“empresas transnacionales” se disputan en una encarnizada lucha infernal. Apuntalando con toda su artillería de
recursos sofisticados de altas tecnologías de “marqueteros modernos”, “publicidad”, “mercado
virtual”, entre otros. Para obtener una buena tajada de este banquete global. Estos manifiestan : “Que, aún
padeciendo salarios muy reducidos, los pobres crónicos son un bocado digno de morderse en esta aldea global”. Asimismo,
son conscientes que el modelo económico no sacará a los pobres de su miseria, por tanto es considerado la pobreza global
una variable imperecedera con la que tendrán que lidiar.
En China, India y América Latina, la pobreza es más
poblacional que en otros continentes. El primero con más de 400 millones, el segundo con
800 millones y 225 millones en América Latina, este último el 25 por ciento de la gente vive con dos dólares, y hay otras decenas de millones que subsisten
con un dólar cada día. ¿Y que diremos de los agonizantes pobres del “medio oriente”, “Africa”, entre
otros? A pesar de esta pobreza éndemica, las grandes “firmas”, “emporios” y “empresas transnacionales”,
han acelerado sus apetencias subsionadoras en esta riquísima fuente. Para ello han invertido ingentes capital de dinero
para capturar los “deseos”, “sueños”, “gustos” y “anhelos”, de los suburbios de estos continentes.
También ciertos libros como “fortuna en base
a la pirámide”, editado por ciertos “gurús” reconocidos, manifiestan que las “empresas transnacionales”,
están en la capacidad de ayudar mundialmente a los cuatro mil millones de pobres,
al encontrar formas innovadoras que estén al alcance de sus precarias economías, con productos como “electrodomésticos”
y “comestibles”. Si bien es cierto que están al alcance, no nos olvidemos la sistemática programación de reducción
de uso de tiempo de servicio en “electrodomésticos”, es cada vez menos. Asimismo los bajos precios de productos
comestibles; pero con la reducción de peso en gramos, más su precaria calidad alimenticia.
A pesar que sus ingresos son bajísimos. Sin embargo
los pobres se alimenta, se baña, se visten, y en algunos casos conducen sus autos. Es decir respiran, tienen vida, es un buen
síntoma, que la pobreza es una mina en bruto donde hay que socavarla, pulirla para luego explotarla a través de la seducción
del “afán”, “vanidad”, “ansiedad”, “consumismo” y “tarjeteos de créditos”,
este último cuyo lema es “llévelo hoy y pague como pueda”. Es decir el pobre se muere de hambre, pero se siente
impotente a esta oferta irresistible, proveniente del “bendito paraíso de la mercadotecnia”, que con tanta facilidad
te puedes comprar un “Tv -plasma”, a largos plazos que puedes morirte y dejar de pagar. Sin embargo aún muerto no te dejarán en paz ni a tú generación cercana, por la prominente persecución de
la “kgb-cobranza coactiva”.
Si bien es cierto que este voraz capitalismo financiero-privado,
ha triunfado en el mundo, en forma canivalezca por medio del sistema “competitivo”, que siempre lo empujará a
la extrema voracidad, rompiendo “parámetros sociales y humanitarios”, con la finalidad de esclavizar al pobre.
Razón que urge la pronta humanización a través de una comercialización humana y solidaria, que afirme la vida y dignifique
al ser humano a través de la justicia o equidad libre de todo tipo de opresión
y esclavitud. A fin de erradicar la lucha salvaje de un mercado “global-competitivo deshumanizado”. En esta
perspectiva se debe tener en cuenta que no sólo es la voracidad de la rentabilidad, sino la productividad para la promoción
humana del prójimo necesitado, teniendo en cuenta los preceptos bíblicos de Amor y servicio deben orientar las relaciones
humanas, sociales y económicas. Tal como lo hicieron los primeros cristianos; en la epístola de los Hechos 2:43-46. Nos
dice: “Y sobrevino temor a toda persona... Todos los que habían creído estaban juntos, tenían en común todas las
cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y los repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría
y sencillez de corazón”.
En el libro de los Salmos 41:1, nos dice “Bienaventurado
el que piensa en el pobre...”. Es decir que no sólo basta las “filantropias”, que realizan ciertas “empresas
transnacionales”, que son solamente “calmantes de conciencia”,
sino pensar y ejecutar a favor de los más necesitados. Pero con una misericordia incondicional y genuina, “... Más
el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado” (Proverbios 14:21).
Recordemos que la Biblia nos da un modelo para el sector empresarial de desprenderse de parte de sus ganancias para dar un porcentaje a favor de los más necesitados. Tal como lo hacían los empresarios
agrícolas Israelitas, de otorgar el derecho a los pobres, en este ejercicio de la benevolencia privada y voluntaria. Levítico
19:10 “Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás.
Yo Jehová vuestro Dios”.
DIOS TE BENDIGA