Por Manuela Riquelme
Publicamos esta
columna sobre el significado de las palabras, porque así como hay quienes degradan el lenguaje, hay muchos otros que prefieren
enaltecerlo y respetarlo, investigando incluso sobre el origen de las palabras. De eso vamos a hablar aquí.

sortija
Desde hace miles de años, la forma de una sortija llamó la
atención de los hombres a pesar de su simplicidad o, tal vez, precisamente por causa de ella. El origen de la palabra sortija
es el latín sortícula, diminutivo de ‘sors’ (suerte, destino), que también se empleaba para denominar las papeletas
de votación. Pero los anillos se han usado, además, para adivinar la suerte, de modo que en cierta época, a sortícula le cupo
también ese significado. Por otra parte, recordemos que los caballeros medievales se lanzaban a caballo a toda velocidad en
una difícil prueba que consistía en ensartar un anillo en la punta de su lanza, un juego que practican hasta hoy los gauchos
rioplatenses o sus imitadores.
La sortija conquistó su fama entre los antiguos por el hecho
de que no tiene principio ni fin, por lo que los egipcios la adoptaron como símbolo del carácter permanente de la unión matrimonial
y hace más de tres mil seiscientos años inauguraron en el valle del Nilo la costumbre del intercambio de alianzas entre las
parejas.
Se cuenta que Aníbal el Cartaginés -que por varias décadas
fue el enemigo más temido de los romanos- después de derrotarlos en la batalla de Cannas, a orillas del río Aufidus en 216 a.
de C., envió a Cartago tres arcas repletas de anillos romanos de oro.
churrasco
Palabra usada en el Río de la Plata, y también en el portugués de Brasil, para denominar un pedazo de carne asada a las brasas.
El Diccionario de la Academia sugiere —sin citar
fuentes— que sería un vocablo de origen onomatopéyico, presumiblemente del sonido que produce la grasa al gotear sobre
la carne. Sin embargo Corominas afirma que ‘churrasco’ se originó en una palabra muy antigua, anterior a la presencia
de los romanos en la Península Ibérica, que nos
llegó desde ‘sukarra’ (llamas de fuego, incendio), formada por ‘su’ (fuego) y ‘karra’
(llama). Este vocablo apareció en castellano bajo la forma ´’socarrar’, que se encuentra ya en Nebrija (1495).
A lo largo de los siglos, se han derivado diversas variantes dialectales en España, de las cuales la que nos interesa es ‘churrascar’,
del andaluz y leonés berciano, de donde proviene la voz rioplatense ‘churrasco’, antes ‘charrusco’
(pedazo de carne a las brasas). El etimólogo catalán también cita el chilenismo «churrasca» (hojuela de masa frita) y el argentinismo
«churrasquear» (hacer carne a las brasas). En Murcia y Almería se usa «chuscarrar», como tostar ligeramente algo, y en Salamanca
«churrusco» es un pedazo de pan demasiado tostado.
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